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Panamá libera a migrantes deportados desde Estados Unidos, pero enfrentan un futuro incierto

  • Foto del escritor: Angel Eustorgio Hernández del Ángel
    Angel Eustorgio Hernández del Ángel
  • 10 mar
  • 1 Min. de lectura

Después de semanas de detención en condiciones precarias en un campamento remoto, Panamá liberó este sábado a decenas de migrantes deportados desde Estados Unidos. Los migrantes, originarios de países como Afganistán, Pakistán, Irán, Rusia y China, fueron informados de que tienen 30 días para abandonar el país, lo que los ha dejado en un estado de incertidumbre y sin un camino claro hacia su futuro.

Entre los deportados se encontraba Hayatullah Omagh, un afgano de 29 años que había huido de Afganistán tras la toma del poder por el Talibán. Omagh, junto con otros migrantes, se encontraba en una situación desesperante, pues no podía regresar a su país debido a las amenazas de muerte que enfrentaba por su etnia y creencias religiosas.

La situación de estos migrantes es reflejo de la creciente crisis humanitaria que ha afectado a miles de personas que, al intentar llegar a Estados Unidos, se han visto atrapadas en una red de acuerdos migratorios que no garantizan protección ni un futuro seguro. Las autoridades panameñas, bajo presión internacional por las condiciones en las que fueron detenidos los migrantes, dijeron que estos podrían optar por extender su estancia por otros 60 días, pero muchos no saben qué hacer después de ese tiempo.

Mientras tanto, grupos de derechos humanos y organizaciones internacionales tratan de ofrecer alternativas a los migrantes, buscando países de terceros que puedan acogerlos. Sin embargo, la mayoría de estos refugiados no tienen acceso a asilo en Panamá, ni posibilidades claras de reubicación.



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