Corta Panamá negocios con China; sostiene EU que recuperará el Canal
- Angel Eustorgio Hernández del Ángel
- 4 feb
- 3 Min. de lectura
La reciente visita del secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, a Panamá ha marcado un giro importante en las relaciones bilaterales entre ambos países, con un enfoque en la soberanía del Canal de Panamá y la creciente influencia china en la región. Panamá ha tomado la decisión de no renovar el memorando de entendimiento firmado con China en 2017, que fue parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de Pekín. Esta decisión se da en medio de presiones diplomáticas por parte de EE. UU., que ha sido claro en sus advertencias respecto a la influencia de China sobre la vía interoceánica, la cual considera crucial para sus intereses económicos y de seguridad.
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, indicó que la decisión de cortar relaciones con China en este contexto busca fortalecer la relación con EE. UU., ante las amenazas expresadas por el presidente Donald Trump, quien aseguró que EE. UU. recuperará el Canal o tomará medidas “muy potentes” si la presencia china continúa. Sin embargo, Mulino fue enfático al afirmar que la soberanía del Canal de Panamá no está en discusión y que cualquier cambio en el acuerdo no afectará el control panameño sobre la vía.
La visita de Rubio se produjo después de que el presidente de Panamá anunciara que se estudia la posibilidad de terminar el acuerdo con China antes de su vencimiento. Durante el encuentro, Rubio advirtió que la actual influencia china en el Canal de Panamá representa una violación del Tratado de Neutralidad Permanente, que garantiza el paso libre y sin restricciones de todas las naves a través del Canal. Las palabras de Trump y Rubio reavivaron el temor a que Estados Unidos pueda adoptar medidas drásticas, como el uso de la fuerza militar, para recuperar lo que considera un recurso de vital importancia para su seguridad.
Un punto clave en este enfrentamiento es la empresa hongkonesa que opera puertos en ambos extremos del Canal, lo que ha generado controversia sobre la supuesta presencia de intereses chinos en la zona. Mulino explicó que esta empresa está bajo auditoría y aseguró que el gobierno panameño no renovará el acuerdo con China sobre la Ruta de la Seda para profundizar el intercambio comercial con el país asiático.
Sin embargo, el cambio de rumbo de Panamá hacia un acercamiento con EE. UU. no ha sido bien recibido por todos. Grupos sociales y nacionalistas en Panamá se manifestaron en contra de la visita de Rubio, exigiendo que el país mantenga su independencia y no se convierta en un satélite de Washington. Durante las protestas, que incluyeron a unos 200 manifestantes, se corearon consignas de rechazo a la injerencia de EE. UU. y a la presencia militar extranjera en la región.
Por otro lado, la crisis migratoria en Panamá también formó parte de la agenda de Rubio, quien discutió con Mulino la posibilidad de que el país sirviera como puente para recibir a migrantes deportados desde otros países, siempre y cuando los gastos fueran cubiertos por EE. UU.. También se abordó el tema del narcotráfico y el aumento de la presencia de cárteles en la región.
La situación en Panamá sigue siendo delicada, pues el país se encuentra en una encrucijada geopolítica, intentando equilibrar su relación con EE. UU. y China, dos potencias con intereses muy diferentes en la región. El futuro del Canal de Panamá y su soberanía estarán en juego mientras las negociaciones continúan.

Comments